miércoles, 2 de mayo de 2012

OLVIDO Y SOLEDAD

A la luz de una tenue vela,observo por la ventana como los segundos pasan. Los minutos. Las horas. Los días. Cada día es una fotocopia del anterior, un continuo estructurado y monótono, una vida con tantas cosas que hacer y en la cuál no hacemos nada. Aquí, al final de tantas cosas y, al principio de muchas otras, me siento vacío,solo,olvidado...¿o acaso pensaba y sentía esas cosas desde antes? Mi corazón chilla desgarradamente ante mis propios sentidos, llora desesperadamente al verme, al ver el mundo que me rodea. Soledad. Olvido y Soledad. Egoísmo. Hipocresía. El Caos reina en las calles de nuestros propios pensamientos y en el mundo en el que vivimos. Sí, es verdad que hay un atisbo de luz, una mínima esperanza, una pequeña estrella fija en un manto negro fluido,denso... Me fijo en todo lo que hay a mi alrededor. Todos nos aprovechamos de todos, en pos de nuestro beneficio, nos sonreímos,nos abrazamos,compartimos buenos y malos momentos,nos decimos "Te quiero". Amor. Amistad. Que palabras tan volátiles, que efímeras son, tanto en longitud como en pronunciación. Y más efímero es todo aquello que contiene esas palabras. Dos palabras que son un arma de doble filo: si están a tu favor, son el potencial más poderoso para romper con las pesadillas de nuestros peores temores, pero si están en nuestra contra, nos harán sufrir, nos harán perderlo todo, exiliándonos a la cárcel perpetua del tormento, el olvido y la soledad. Mi alma grita ante un mundo en el que sentimientos buenos son ilusiones que se desvanecen tarde o temprano, en el que los buenos actos son pagados con críticas, en la que las personas de honrado corazón y mente despejada son corrompidas y sometidas al peso de una justicia sin justicia, una corrupción que ahogaría a un ser del más profundo abismo, esclavos de nuestros propios tormentos, donde nadie es tu amigo puesto que si cedes un poco del límite, recibirás todas las puñaladas que den tiempo de que recibas. La ley de la supervivencia reina por todos los lados, el viento transporta un hedor que no se aliviará con el paso del tiempo, un hedor que acabará conllevando a una destrucción más que inminente, una guerra que, por armas, serán el olvido y la soledad y la victoria no será más que una derrota de nuestros propios principios. Aunque,¿porque tendría que haber una guerra si ya lo hemos perdido todo? A la luz de una tenue vela,observo por la ventana como los segundos pasan. Los minutos. Las horas. Los días. El día ha cedido su trono a la reina de la noche. Y aquí, sentado,inmerso en mis pensamientos, he expresado una ínfima parte de todo lo que ronda en mi cabeza y mi corazón, pero nada ha cambiado. Sigo estando solo, olvidado. Sigo siendo esa persona que lo daría todo por aquellas personas que me importan y no reciben prácticamente nada a cambio de esas personas o, peor aún, recibo correspondencias malas como "agradecimientos" a lo que intento hacer que sean actos bondadosos y placenteros. Tantas cosas que se hacen por tantos motivos, para ser simplemente esclavos de la propia pura maldad que habita en casi todas las personas. Olvido y Soledad. Así me siento yo, así estoy yo, así habrá muchas personas. Seguimos estando sometidos a la ley del Caos y el yugo de la muerte. La luz de la vela se apacigua poco a poco, acaba por extinguirse y todo se queda en penumbras. A oscuras. En silencio. Mi corazón calla. Mi alma deja de moverse. Mi mente se bloquea. Todo se paraliza y se sume en el manto negro que me invade. Olvido y Soledad. Nada más.

 


 ESCRITO POR CARLOS RODRIGO ESTEVEZ

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