Singular desde su complicada infancia de huérfana, primero a cargo de una tía poco cariñosa y después en la escuela Lowood, Jane Eyre logra el puesto de institutriz en Thornfield Hall, para educar a la hija de su atrabiliario y peculiar dueño, el señor Rochester. Poco a poco, el amor irá tejiendo su red entre ellos, pero la casa y la vida de Rochester guardan un estremecedor y terrible misterio.
Jane Eyre tiene diez años. Actualmente vive con su tía, la señora Reed y sus primos, un chicos y dos chicas que le hacen la vida imposible. Su tía la adoptó por promesa a su difunto marido, el señor Reed. Ella no la aguanta y decide enviarla a la escuela Lorwood, una escuela para señoritas, donde poco a poco consigue hacer alguna que otra amistad y donde con el tiempo se convertirá en profesora. Allí le llega una carta sobre un puesto de institutriz con buen salario, por lo que decide aceptar, sin saber que conocerá a Edward Rochester, un hombre del que quedará enamorada.
En esta novela encontamos amor y misterio. Amor entre nuestros protagonista y, aunque pueda parecer de forma precipitada, no lo es, en absoluto. Y misterio sobre algo que conierne a Thornfield. La novela me ha enganchado, aunque hay veces que se me ha hecho un poco pesado y que deseaba que acabara el capítulo. Es una novela que debe de pasar obligatoriamente por tu estantería, con algunos puntos que te sacarann una sonrisa.
En fin, en Jane Eyre encontramos una novela de amor y misterio que debe ser leída obligatoriamente. Con unos personajes cada cual más testaturdos y que te enganchará a sus páginas.
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